
Ficha técnica:
"Sleep, My Love" ('Pacto tenebroso')
Año: 1948
País: EE.UU
Dirección: Douglas Sirk
Intérpretes: Claudette Colbert, Robert Cummings, Don Ameche, Rita Johnson, George Coulouris, Queenie Smith, Hazel Brooks, Raymond Burr y Keye Luke
Guión: St. Clair McKelway, Leo Rosten, Decla Dunning, Cy Endfield (basado en la novela homónima de Leo Rosten).
Música: Rudy Schrager
Fotografía: Joseph A. Valentine
Duración: 97 minutos
Género: Cine negro, Drama, Thriller
Sinopsis:
Esta película en blanco y negro de 1948 regala 90 minutos de genuino interés y contribuye a la reputación de Douglas Sirk, famoso por sus dramas elegantes con varios niveles de interpretación. Claudette Colbert personifica a una mujer cuyo marido, Don Ameche, trata de volver loca drogándola por la noche y llevándola a actuar de manera irracional. Sirva como ejemplo la primera escena en la que ella despierta en un tren sin saber cómo ha llegado allí.
"Sleep, My Love" transita sin inconvenientes por aristas de diversos géneros, tomando elementos del cine negro, incluyendo un tiroteo en una escalera con fuertes sombras expresionistas, y combinándolos con ingredientes del thriller, con una certera dosis de suspenso, todo con una puesta y una narración que expresan el estilo refinado y sobrio del director Douglas Sirk.
Comentario:
Ratificando lo antedicho, diremos que Douglas Sirk fue un realizador de origen alemán que desplegó su gran talento en suelo estadounidense entre los años 40 y 50 del pasado siglo XX. Sirk alcanzó su mayor reconocimiento de público y crítica en el terreno del melodrama, siendo el principal exponente de esta vertiente su aclamada película "Imitación de la vida" (1959). Se considera que en el marco de este género se movía como pez en el agua, alcanzando niveles de emoción cinematográfica superlativos, generalmente a partir de la presencia en sus historias de personajes femeninos de gran fuerza moral. Su impronta como hacedor de este tipo de películas, potentes relatos de la vida cotidiana de cautivante atmósfera dramática, ha sido capaz de despertar la admiración de otros directores que vinieron después, para los cuales se convirtió en un verdadero referente, como el alemán Fassbinder y el español Almodóvar. También podemos mencionar a Todd Haynes, quien con su excelente "Lejos del paraíso" le rinde a Douglas Sirk un merecidísimo e inspirado homenaje.
En el caso que nos ocupa, "Sleep, My Love", Douglas Sirk transita un andarivel a mitad de camino entre el cine negro y el thriller psicológico de suspenso, dando lugar a una narración de lograda atmósfera expresionista y con reminiscencias al cine de Hitchcock, en la que puede verse a Claudette Colbert dando vida a una mujer cuyo esposo (Don Ameche), hombre de aviesas intenciones, le suministra una droga sin que ella lo sepa. Con algunas sorprendentes secuencias (por lo exóticas) como la de la boda china, el filme sabe incluir algunos elementos de humor, por ejemplo cuando Robert Cummings se hace pasar por inspector de incendios para registrar un departamento. Aunque según confesaba Sirk, lo que más le interesó de la película era el personaje de Colbert: "Quería sacar de Claudette uno de esos personajes ambiguos que siempre busco".
En una de las escenas finales de "Pacto tenebroso", Bruce Elcott visita un estudio fotográfico para desenmascarar al hombre que se hace pasar por el Dr. Reinhardt. El falso Reinhardt, que trabaja como fotógrafo y falso psiquiatra, colabora con Richard Courtland para hacer que la esposa de este, Alison, parezca loca y finalmente simular su suicidio. Cuando el falso Reinhardt se pone unas gafas para recoger una foto de pasaporte, Elcott lo reconoce. Más tarde, Reinhardt va a la casa de Richard y recibe un disparo por parte de Alison, a quien su esposo puso bajo hipnosis. Espejos, ilusiones y falsas apariencias son recursos que Douglas Sirk solía utilizar en sus películas, con el propósito de abordar temas como la locura, los sueños y los engaños, así como las continuas dualidades de luces y sombras. El talento narrativo y en términos de puesta en escena de Sirk le permitía aproximarse a los aspectos oscuros de la mente humana en clave de thriller psicológico y/o melodrama.
En “Sleep, My Love” los escenarios, como el invernadero de Alison y el estudio fotográfico, simbolizan el contraste entre las fachadas públicas de los personajes y sus ambiciones perversas ocultas, y hasta el tono del relato puede variar entre las escenas diurnas y las nocturnas, en un fascinante contrapunto que va de la comedia romántica al cine negro.
Otras consideraciones:
La película comienza con una premisa intrigante: Alison Courtland (Claudette Colbert) se despierta sobresaltada a bordo de un tren que viaja de Nueva York a Boston, sin recordar cómo llegó allí. Encuentra una pistola en su bolso y, desorientada, contacta a su esposo, Richard (Don Ameche), quien había denunciado su desaparición a la policía. A medida que la trama avanza, se revela que Richard, en complicidad con su amante Daphne (Hazel Brooks, quien encarna el arquetipo de la mujer fatal del cine negro, seductora y peligrosa, que impulsa el plan siniestro) y otros cómplices, planea deshacerse de Alison haciéndola parecer loca o provocándole un accidente fatal, para finalmente quedarse con su fortuna. Bruce Elcott (Robert Cummings), un hombre que conoce a Alison por casualidad, se convierte en su aliado y posible salvador mientras la conspiración se desentraña.
"Sleep, My Love" se inscribe en la tradición del cine negro y el suspenso psicológico de finales de los años 40, un período en el que Hollywood exploraba temas de paranoia, engaño y ambigüedad moral. La película bebe directamente de clásicos como 'Gaslight' (Luz que agoniza, 1944, de George Cukor) y 'Suspicion' (Sospecha, 1941, de Alfred Hitchcock), donde el "gaslighting" —hacer dudar a alguien de su propia cordura— es un recurso central. Sirk, conocido posteriormente por sus melodramas de los años 50, muestra aquí una faceta más contenida pero igualmente estilizada, con un enfoque en la atmósfera opresiva y el uso expresionista de la luz y las sombras.
La fotografía en blanco y negro de Joseph A. Valentine, con sus contrastes marcados y juegos de claroscuros, contribuye a crear una sensación de tensión y misterio, especialmente en las escenas dentro de la mansión de los Courtland. El diestro realizador alemán emplea elementos visuales como escaleras, espejos y sombras proyectadas para amplificar la sensación de encierro y peligro. La banda sonora de Rudy Schrager, aunque funcional, alterna entre tonos dramáticos y momentos más líricos (como en la curiosa escena de la boda china), subrayando el contraste entre la superficie y las intenciones ocultas.
En suma, estamos hablando de una producción cinematográfica que es un ejercicio competente de suspenso y una atractiva muestra del talento visual de Douglas Sirk.

Conclusión:
"Sleep, My Love" es una película digna de atención, en la que Douglas Sirk, al influjo de su trama, se permite también una crítica a la hipocresía y a la codicia de la clase alta, representada por el personaje de Don Ameche. Su punto de partida es prometedor: la imagen de Alison despertando en un tren, desorientada y con una pistola, establece un tono de intriga que captura de inmediato. La dirección de Sirk, aun en esta etapa temprana de su carrera estadounidense, muestra su habilidad para construir atmósferas inquietantes y jugar con la composición visual, algo que se aprecia en detalles como el uso de sombras o la escalera de la mansión como símbolo de peligro inminente. Desde el punto de vista actoral, Claudette Colbert es el alma de la cinta, y Sirk logra sacar de ella un retrato complejo de una mujer atrapada entre la duda y la determinación. Los restantes intérptretes acompañan con solvencia y contribuyen a que la película de Sirk se pueda disfrutar ampliamente.

En el contexto de la filmografía de Sirk, "Sleep, My Love" es un eslabón interesante: una obra de transición que muestra su versatilidad antes de que encontrara su voz definitiva en el melodrama. Hay destellos de su estilo barroco y su interés por las emociones reprimidas. Se trata de un thriller sólido con momentos destacados y, a la vez, como expresión de su interesante eclecticismo genérico, un buen ejemplo de cine negro con un toque distintivo, el que surge del talento de Douglas Sirk.
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